BEBÉS PREMATUROS – NACER ANTES DE TIEMPO

Se considera prematuro a un bebé que nace antes de la semana 37. Aun con escaso peso, hoy, gracias al avance de la ciencia, los prematuros logran sobrevivir y completar su desarrollo externamente.

Al hablar de bebés recién nacidos se suele nombrar a los niños que nacen a término y pesan alrededor de 3 kilos. Sin embargo, no todos los bebés cumplen con estos parámetros. Algunos llegan al mundo antes de tiempo y requieren cuidados especiales: son los bebés prematuros que, gracias al avance de la ciencia, actualmente tienen mayores posibilidades de sobrevivir, aun cuando nazcan con poco peso.

 

Ahora bien, ¿cuándo se habla de prematuros? Técnicamente un bebé no a término es aquel que nace antes de  la semana 37 de gestación. El principal problema que tiene es la dificultad para respirar por sí mismo, porque sus pulmones son inmaduros. Los prematuros grandes (aproximadamente 34 semanas de gestación y casi 2 kilos), suelen superar antes este inconveniente -si es que lo tienen- y pasan poco tiempo en la unidad de neonatología. Los menores de esa edad y de poco peso se enfrentan a la inmadurez de todos los órganos de su cuerpo y a veces pueden estar entre 2 y 3 meses hospitalizados. Cabe señalar que los nacimientos prematuros son del 10 al 15 por ciento del total.Se aconseja a padres de mellizos, trillizos y más, resaltan que cuando el embarazo es múltiple, es bueno que los padres estén informados acerca de la posibilidad de que los bebés nazcan prematuros. Incluso recomiendan que, antes del parto, vayan a conocer una unidad de neonatología para que se formen una imagen de cómo serán sus bebés.

 

También explican cómo cuidan a los bebés en estas unidades, donde se pueden ver:

  • Bebés desnudos o en pañales: en muchos centros los tienen con gorritos tejidos para evitar pérdida de calor por la cabeza.
  • Bebés en «camas calientes»: colchones graduables colocados bajo lámparas de calefacción.
  • Niños en incubadoras: cunas transparentes enteramente cerradas con cuatro ventanas pequeñas, dos a cada lado.
  • Tubos, alambres y cables que van de los niños a los aparatos monitores, frascos de suero y otros dispositivos para alimentarlos, retirar las secreciones respiratorias, controlar temperaturas, palpitaciones cardíacas, tomar muestras de sangre a intervalos regulares y realizar otras funciones importantes.
  • Monitores para registrar signos vitales. Estos aparatos recogen información por medio de contactos que se prenden en la piel por medio de gel.
  • Cubiertas o ventiladores de plástico para administrar oxígeno y ayudar a la respiración.
  • Lámparas de fototerapia para los niños que tengan ictericia. Los que reciben este tratamiento están desnudos, aunque con parches sobre los ojos para protegerlos de la luz.

Un bebé prematuro pesa alrededor de 1.600 y 1.900 gramos al nacer, incluso algunos mucho menos. Suelen ser flaquitos, la piel ?les queda floja? y como no tienen grasa que la rellene, se lastiman con facilidad. Se les ven las venas y arterias y el cuerpo está recubierto por un vello suave o lanugo. Al carecer de capa de grasa, les cuesta mantener el calor.

«Tal vez, haya características que impresionan mal y que denotan la falta de un desarrollo completo, pero ser prematuro es solamente un estado temporal. Una vez que el bebé cumpla las semanas que adeudaba de gestación en el útero, será como un recién nacido típico en apariencia y madurez«, explican las psicopedagogas y mamás de trillizos. También comentan que, aun cuando pueda parecer que a un niño tan pequeñito y vulnerable es mejor no tocarlo, los estudios han demostrado que los niños prematuros a quienes se  acaricia y se les da suaves masajes mientras están en cuidados intensivos, crecen mejor, más alertas y activos, y su conducta es más madura.  «Con el tiempo, en cuanto los niños estén fuera de peligro, los profesionales y enfermeras les mostrarán a los padres cómo ponerles los pañales, cómo darles de comer y bañarlos. Cuidar de los bebés durante sus visitas les dará a ambos padres una experiencia muy valiosa para los meses venideros. Muchas veces se les recomienda a las madres poner dentro de las incubadoras juguetes de peluche que hayan estado en contacto directo con ellas y que tengan «su olor». Lo mismo se puede hacer con cajitas musicales que los bebés hayan escuchado durante el embarazo», concluyen.

En cuanto a la alimentación, algunas personas creen que el nacimiento prematuro limita la capacidad de producción de leche de la madre, pero esto no es cierto. Sin embargo, el stress, las incomodidades y el cansancio que usualmente acompañan la llegada de un bebé prematuro pueden provocar que la producción de leche sea lenta al principio. En los primeros días después del parto, varias madres únicamente producen unas cuantas gotas de leche cada vez que utilizan una bomba de lactancia, por lo cual se desalientan fácilmente. Pero conviene recordar que esas gotas son como un medicamento para el bebé, porque lo protegen contra las infecciones. Además, este lento comienzo por lo general se convierte en una producción apropiada de leche para el quinto o sexto día después del nacimiento.

La doctora Sara Sujovolsky de Numerosky, médica del servicio de Pediatría del Hospital de Niños, afirma que aun cuando no sea capaz de succionar, el bebé podrá recibir leche materna a través de una sonda orogástrica que, desde la boca, llega al estómago. Y, por medio de una bomba extractora, la mamá debe sacarse leche entre 8 y 10 veces por día.

La doctora Sujovolsky también explica que, inicialmente, al bebé se le administran pequeños volúmenes  hasta que tolere todo el aporte necesario. «Llegado el momento, se colocará al bebé en contacto piel a piel con su madre. Esto lo estimulará e inclusive, algunas veces buscará el pecho y logrará prenderse al pezón (aún recibiendo la leche materna a través de la sonda)», aclara, y dice que la succión implica un alto gasto de energía para el bebé prematuro. Esto significa que abandonará la sonda una vez que logre estabilizar su peso y sea capaz de succionar el alimento necesario para su nutrición y crecimiento.

Además, enumera algunas de las ventajas de la leche materna para el bebé prematuro: « posee componentes nutritivos de alta calidad y no nutritivos, como hormonas moduladoras del crecimiento. La mayoría de sus componentes son similares a la leche de mamá de término, aunque posee mayor concentración de inmunoglobulina A y magnesio y cambios en la concentración de las grasas que favorecen su absorción en el intestino inmaduro. Es fundamental por las propiedades inmunitarias que le brinda al bebé».

Una vez que el bebé respira, come por su cuenta y tiene un peso adecuado llega el momento del alta. Pero en la casa, los cuidados continúan  y los papás deberán seguir algunas recomendaciones (a continuación se enumeran algunas de modo general), aunque naturalmente las indicaciones del equipo médico que supervisa al bebé son las prioritarias:

  • Mantener una higiene casi escrupulosa: lavándose las manos antes de alzarlo, cambios de pañal cada 3 ó 4 horas (incluso si no ha hecho deposiciones), limpieza máxima de la habitación donde va a estar el bebé.
  • Consultar al médico en caso de: fiebre o hipotermia, dificultad para respirar, dificultad para conciliar el sueño durante dos noches seguidas, disminución importante en el número de pañales mojados o si no hace deposiciones durante más de tres días seguidos, color azulado o pálido en el rostro, llanto durante más de una hora sin que se lo pueda consolar, si no es capaz de despertarse, o le cuesta mucho, si se mueve poco al estar despierto.
  • Intentar alimentarlo a pecho y, si bien puede regirse por libre demanda, conviene no dejar pasar, durante el día, más de 3 horas sin que se alimente.
  • Poner el despertador a la noche para darle de comer cada 3 horas, porque los bebés pequeños tienden a «seguir de largo» y se cansan con más facilidad.
  • No abrigarlo demasiado pero controlar la temperatura de los ambientes donde va  a estar. El ambiente debe ser cálido, porque el bebé pierde fácilmente la temperatura corporal.
  • No fumar en los lugares donde está el bebé.
  • Protegerlo con tules contra moscas y mosquitos.
  • Lavar la ropa con jabón blanco, no usar detergentes ni lavandina.
  • No llevarlo a lugares adonde haya mucha gente.
  • Higienizarlo con jabón de glicerina y esponjas suaves, no usar shampoo ni perfumes.

En cuanto a los controles médicos, además de los rutinarios se seguirán de cerca la evolución de la vista y la audición. Una vez que pesa 2 kilos, puede recibir la vacuna BCG y dos meses después, la Sabín y la Cuádruple.

Por último, conviene recordar que a los bebés prematuros hay que tenerles «paciencia» y saber,  por ejemplo, que si nació a las 28 semanas, a los 3 meses va a comportarse como un recién nacido a término. Su cerebro es inmaduro y madurará cuando complete las 40 semanas. Para sostener la cabeza, sujetar algo, caminar y hablar probablemente tardará más que un bebé que nació a los 9 meses. Luego se emparejará, pero habrá que tener en cuenta su situación al nacer para quitarle presión. El amor de sus padres, la estimulación temprana y la paciencia  serán sus principales herramientas para enfrentar un mundo al cual  llegó antes de tiempo.

Autor: MAMASOLBEBES