La realidad demuestra que a menudo resulta necesario suplementar la lactancia materna con ayudas de biberón, pero también evidencia que esas ayudas pronto se convierten en la alimentación exclusiva del bebé y que la llamada lactancia mixta, en la que se combinan natural y artificial, es en la práctica una lactancia de transición, habitualmente rápida, del pecho al biberón. Esto es prácticamente inevitable porque la lactancia materna se rige por la ley de la oferta y la demanda, y saciar el apetito del niño con otra leche hará que deje de intentarla obtener de su madre y que ésta deje de producirla.
Pero, más que ser necesarias, es frecuente que las ayudas se precisen por cometer errores con la lactancia natural. Por supuesto, existen problemas físicos y emocionales que imposibilitan la lactancia materna, pero son mucho más frecuentes las equivocaciones que dificultan su adecuada instauración y mantenimiento:
– Falta de contacto precoz
– Primera toma tardía
– Horario rígido
– Vaciado incompleto
– Mala postura
– Administración innecesaria de suplementos
Con este último error, la ayuda se hace necesaria porque se empieza a utilizar sin serlo. En este sentido, conviene tener presente que…
… la leche materna será más o menos abundante, pero siempre es de buena calidad, de modo que aunque las madres estén desnutridas, son capaces de criar al pecho a su hijos satisfactoriamente.
…. sólo una de cada 10.000 mujeres tiene poco desarrolladas las glándulas mamarias, pero la diferencia de tamaño de los pechos depende del tejido graso que contienen y no de la cantidad de glándula mamaria, por lo que es falso que los pechos pequeños produzcan poca leche.
… es absolutamente normal que durante las primeras semanas las tomas sean irregulares y muy frecuentes, lo que no debe interpretarse como un signo de falta de leche.
… el hecho de que un niño acepte un poco de biberón después de mamar no significa que le hiciese falta.
… durante los primeros meses, el bebé pasa por temporadas conocidas como «brotes de crecimiento», en las que aumenta su necesidad de leche y, por tanto, su apetito. Cuando reciben lactancia artificial, la reacción debe ser aumentar el volumen del biberón; con lactancia materna, basta con darles con la frecuencia que piden, para que en pocos días suba más leche y las tomas vuelvan a espaciarse.
Autor: CHOCOLETTE