CUIDADO DE LOS PECHOS A LA HORA DE AMAMANTAR

Para prevenir prácticamente todos los problemas que pueden surgir en los pechos de la madre que amamanta, basta con cuidarlos adecuadamente, lo cual significa:

Una higiene normal:

– Contra lo que clásicamente se venía recomendando, hoy se considera que lavar el pecho antes de cada toma no es sólo innecesario sino que puede resultar perjudicial. Es suficiente con la higiene personal habitual; tanto el jabón como el alcohol irritan y resecan el pezón.

– Algunas pomadas pretendidamente protectoras se han demostrado perjudiciales, otras inútiles; es probable que cualquiera, al mantener más la humedad y romper el equilibrio ecológico de la piel, facilite la aparición de grietas, por lo que en principio, no se deberían usar cremas ni pomadas sin una indicación médica clara.

Una buena lactancia:

– Si la postura no es la adecuada y el bebé coge mal el pecho, es probable que se lesione el pezón y se produzcan grietas e incluso mastitis.

– Para protegerlo, no es preciso limitar la duración de las tomas, sino mejorar la técnica.

DOLOR

– La aparición de dolor en los pechos durante la lactancia puede ser el primer signo de que se está cometiendo algún error; el más frecuente, que el bebé no esté bien puesto.

– Durante las dos primeras semanas, es normal sentir un discreto dolorimiento en los pezones al empezar las tomas. Cualquier dolor intenso, que se prolongue más allá de los quince primeros días o que no se limite al inicio de las tomas, debe ser atendido.

– El dolor que persiste durante toda la toma a pesar de una correcta postura puede ser debido a una infección por cándidas, un hongo que probablemente afectará también la boca del bebé (muguet).

GRIETAS

– Extremadamente dolorosas, las grietas son causa frecuente del abandono de la lactancia materna.

– Mucho más fáciles de prevenir que de curar, las grietas no aparecen porque las tomas sean demasiado largas, sino porque el bebé se coge mal, lo que explica ambas cosas.

– Una vez producidas, no hay ningún tratamiento ni pomada que las solucione de forma simple.

CONGESTIÓN

– La congestión o ingurgitación mamaria se produce entre el segundo y el cuarto día de vida, cuando la madre nota los pechos muy tensos, calientes y dolorosos.

– Parte de esas molestias son debidas al enorme aumento de flujo sanguíneo (ingurgitación vascular) que se requiere para iniciar la producción de leche, y se presentan siempre; pero las más problemáticas sólo aparecen cuando el bebé no saca la leche a medida que se va formando (ingurgitación por la leche), por lo que se acumula entonces en los alvéolos mamarios, provocando su distensión e incluso su rotura.

– La congestión por leche es muy rara cuando el bebé se coge bien y mama día y noche a demanda, y antes de tratar de solucionarla vaciándose ella misma los pechos, la madre debe procurar que sea el niño quien lo haga, dándole de mamar libremente.

– Sin embargo, cuando los pechos están tan tensos que el bebé tiene dificultades para cogerse, conviene vaciarlos manualmente tras darse un baño o ponerse unas compresas de agua tibia.

– Si las molestias no se alivian tras la toma o persisten en el pecho que menos ha vaciado el bebé, se debe extraer toda la leche que sea preciso para ablandarlos, manualmente o con un sacaleches.

– Cuando, a pesar de todo, persiste el dolor, puede ser necesario recurrir a un analgésico (como el paracetamol), pero quizá baste con aplicarse durante media hora compresas muy frías (o una bolsa de hielo o verduras congeladas), aunque nunca inmediatamente antes de la toma.

MASTITIS

El sufijo «itis» significa inflamación, pero la respuesta inflamatoria no sólo es causada por las infecciones, de modo que las mastitis son inflamaciones de la mama que pueden o no ser infecciosas, aunque a veces, la primera acaba en la segunda y sus límites no siempre son bien precisos.

A) Mastitis no infecciosa

Se produce cuando la leche no es bien vaciada y el aumento de presión en el interior de los alvéolos mamarios es tal que los rompe, con lo que pasa leche al tejido que los rodea, ocasionando una reacción inflamatoria, que puede ser:

– Localizada

– La obstrucción de un conducto, causada por la compresión que se hace con los dedos al sujetar el pecho durante la toma o por unos sostenes muy ajustados, impide la salida de la leche, que se acumula formando un bulto doloroso.

– Desaparece haciendo masajes suaves por encima de la zona afectada en dirección al pezón, tratando de empujar la leche hacia él y aplicando compresas tibias.

– Generalizada

– Es la consecuencia de una congestión mamaria, cuando el insuficiente vaciado del pecho llega a producir la rotura de alvéolos mamarios.

– Su prevención y tratamiento es el de la congestión.

B) Mastitis infecciosa

Es la infección de los conductos glandulares de la mama por gérmenes que se encuentran habitualmente en la piel, como estafilococos y estreptococos.

– Ocasiona fiebre, malestar y signos inflamatorios (hinchazón, enrojecimiento, calor y dolor) en la zona afectada.

– Para que se produzca la infección, que puede afectar a los tejidos más superficiales o a la profundidad de la mama, es preciso que estos microbios encuentren unas condiciones favorables para su proliferación y superen tanto la barrera protectora de la piel como la capacidad defensiva del organismo. De ahí los factores que hacen más posible una mastitis infecciosa:

– Grietas o lesiones en el pezón.

– Uso de pezoneras o compresas que mantengan la humedad.

– Mastitis no infecciosa.

– Problemas de salud general.

Autor: CHOCOLETTE