En el período de los cuatro a los siete meses, el bebé experimentará grandes avances en su desarrollo físico y motor. La columna vertebral y los músculos del cuello se fortalecen. Sus movimientos se vuelven cada vez más seguros.
El bebé de cuatro a siete meses
El desarrollo de los sentidos aumenta, especialmente la vista y el oído. Puede dirigir sus movimientos guiado por estos dos sentidos; sigue objetos enfocándolos mejor y localiza sonidos.
A partir de los cuatro meses su campo de visión aumenta y alrededor de los siete meses, se ha desarrollado casi por completo. Puede diferenciar formas más complejas y enfocar objetos de tamaño más pequeño. Distinguen los colores rojo, azul y amarillo por completo.
Como pasa largos períodos de tiempo sentado observando su entorno, la atención se centra sobre diferentes objetos que tratará de alcanzar por sí solo. Es recomendable cambiar al bebé de posición y dejarlo libre sobre la cama o el suelo para que pueda moverse y sentirse seguro. Puede alcanzar algunos objetos por sí solo y explorarlos; se le debe ir hablando y enseñándolo a jugar con ellos.
La coordinación entre la vista y las manos, se da aproximadamente a los cinco meses. A medida que aumenta su capacidad visual, el bebé, en su ansia por descubrir su entorno, ira tomando diferentes objetos, los mantiene por un momento y cambia por otro. Aquí se debe aprovechar para irle mostrando diferentes formas, colores y texturas, ayudando a su desarrollo cerebral y aprendizaje.
Puede seguir movimientos más rápidos como los movimientos rotatorios de los móviles, u objetos que muevan en forma de péndulo. Empieza a reconocer objetos aunque los vea en diferentes sitios.
Comienza a distinguir su propia imagen reflejada en los espejos; se le puede acercar uno con el que pueda jugar sin lastimarse y sin temor a que se rompa. Lo ira tomando con sus manos y reirá cuando vea su imagen. Lo golpeará para ver si hay alguien allí. Mientras hace todo esto, se le debe ir hablando y explicando lo que es cada objeto, poco a poco se irá familiarizando con ellos y reconociéndolos más, gracias a esta ayuda. Adicionalmente se le refuerza para que hable, se exprese a través de sus balbuceos, los cuales se deben repetir constantemente.
En cuanto al desarrollo del oído del bebé, este comenzará a distinguir entre diferentes sonidos, y a seguirlos con su mirada y girando la cabeza.
En esta etapa (cinco meses), el bebé descubre que con sus manos puede hacer ruidos, por lo que toma los sonajeros y los agita para que suenen.
Entre los seis y siete meses, el bebé descubre que los objetos existen aunque no los pueda ver. Puede esconder los juguetes detrás de un cojín y él lo buscará. Además descubre que sus padres salen, pero que regresarán.
Va a ir reaccionando ante las personas extrañas con mayor desagrado; puede llorar, aferrándose a la persona que lo tiene en brazos. Esto indica que ya ha desarrollado mejor su memoria, diferenciando quien es conocido y quien es extraño, por lo que se le debe tranquilizar y dejarlo para que poco a poco vaya teniendo confianza.
Es importante que los padres refuercen constantemente lo que el bebé hace. Cuando quiera alcanzar un objeto, no se le debe alcanzar, sino prestarle apoyo para que llegue a él, y alabarlo por esto. Repetir lo que hace, lo que dice, sonreírle y acariciarlo cuando lo hace para que lo siga repitiendo y mejorando su repertorio.
Se debe evitar no permitir que el bebé se mueva; muchas veces por temor a que se caiga o se lastime, se le impide el desarrollo de sus músculos, su motricidad y se le obstaculiza su exploración del mundo. No se le deben alcanzar las cosas que él puede alcanzar, es bueno ayudarlo e impulsarlo a que sea él quien lo logre; con esto además de reforzar su desarrollo físico, también se le ira dando herramientas para que se sienta seguro de que él puede lograr las tareas; se sentirá seguro y capaz de lograr las cosas que se propone.
JUEGOS PARA ESTIMULAR AL BEBÉ
Para el bebé, la mayoría de las actividades son juegos. Jugar es el modo más divertido de aprender. Además de compartir las actividades cotidianas con los padres, el bebé disfruta cuando se comparte con él diferentes juegos y juguetes, enseñándole a jugar con ellos. Además, cantar y hablarle mientras se juega con él, estimula su desarrollo en todas las áreas, social, lenguaje, afectiva, motriz.
Los juegos deben repetirse una y otra vez, pues contrario a lo que sucede con los adultos, el bebé no solo no se aburre sino que disfruta más con el juego si este se repite. Además dado que su memoria ha mejorado, puede recordar lo que ha pasado anteriormente con el juego y puede anticipar lo que va a suceder (el objeto va a aparecer nuevamente, los gestos de los padres, las alabanzas cuando hace algo, etc.). De la emoción que manifiesten los padres cuando se juega con el bebé, dependerá la atención y motivación que él mantenga en el juego.
En esta etapa al bebé le atraen los objetos que puede coger fácilmente, que pueda chupar, con colores llamativos y que produzcan sonidos al golpearlos o estrujarlos.
Los siguientes juguetes llaman su atención más fácilmente, además que estimulan su desarrollo:
Los espejos de plástico donde el bebé aprende a reconocerse a sí mismo.
Las pelotas y las piezas blandas de colores vivos y diferentes formas, con las que aprenderá a diferenciar colores y formas, además que mejoran su coordinación entre las manos y la vista.
Los colchoncitos y actividades para jugar en el suelo, que le permiten moverse libremente, al tiempo que estimulan su capacidad motriz, el tacto, la vista y el oído.
Los libros de caucho suave con diferentes texturas, figuras y colores, que ayudan a mejorar el sentido del tacto y la coordinación entre las dos manos y por ende su desarrollo cerebral.
Los juguetes que hagan sonidos, ya que al moverlos el bebé aprenderá a tener control sobre ellos, además que estimulará la relación entre la vista, el oído y el movimiento manual.
Se continúan utilizando los juguetes descritos en etapas anteriores.
Se puede colocar al bebé sobre un colchoncito en el piso, con sus juguetes para que pueda cogerlos, patearlos, y hacerlos sonar, lo que favorecerá su desarrollo visual y auditivo.
El colchón no solo lo puede utilizar para colocar al bebé en él mientras juega con otros objetos. También es un buen sitio para que el bebé aprenda a sentarse por sí solo.
Acostado en el colchón, puede tomarlo de las manos y halarlo para que llegué a la posición sentado, cuando se encuentre en ésta posición, balancéelo suavemente hacia los lados dado que esto ayuda a favorecer su equilibrio.
Es importante tener en cuenta que los juegos por sí solos no proporcionarán la estimulación adecuada para el bebé, acompañarlo, enseñarle a jugar con los objetos, compartir con él, alabarlo, son elementos imprescindibles para que el objetivo de la estimulación se de.
El libro de la familia
Los bebés a esta edad ya empiezan a reconocer su propia imagen e identifican también a sus padres y otras personas cercanas como los hermanos.
En libros de caucho de diferentes colores y texturas se puede colocar un espejo de plástico para que el bebé pueda aprender a diferenciar su propia imagen; se pueden colocar fotos de los papás y los hermanos para que él pueda reconocerlos y sentirlos cerca.
Como ya tiene el sentido de permanencia de los objetos, reconocerá a sus padres aún cuando estos no estén presentes. Tiene el control de hacerlos aparecer o desaparecer al ver o dejar de ver las fotos. Se le puede mostrar al niño cada persona de la foto, preguntarle quien es, y si está ahí que lo señale.
COJINES de movimiento
El desarrollo físico del bebé se va dando progresivamente. En esta etapa ya controla su cabeza y cuello, y su columna vertebral está más fuerte. Se debe trabajar para que estos se sigan fortaleciendo e ir preparando al bebé para el gateo y para que aprenda a controlar de modo más fino sus movimientos.
Utilizando cojines tubulares resistentes y suaves se puede ejercitar al bebé, su espalda y ayudarlo a desplazarse.
Se puede colocar al bebé boca abajo sobre el cojín, cuidando que sea su estómago y no su pecho el que haga la presión contra el cojín, y moverlo suavemente hacia delante y hacia atrás; empujándolo suavemente por las plantas de los pies para estimular que mueva sus piernas hacia delante. Colocar frente y cerca a él juguetes para que se sienta motivado a alcanzarlos. Esto además de favorecer el desarrollo físico, hace que el bebé se vaya poniendo metas a alcanzar, cuando intente por sí solo llegar a lo que desea, no solo habrá ejercitado sus músculos, sino su personalidad al demostrarse a sí mismo que puede tener logros por sí solo.
Autor: PEQUENAS_COSAS