A la hora de adquirir una obra de arte, objeto decorativo, u otro elemento que forme parte del acervo cultural nos invade la duda cuanto este se encuentra restaurado.
La restauración y conservación de los objetos de arte se realizan a fin de mantener ese acervo y reservarlo para generaciones venideras. El fin es noble y bueno, pero también se presta a confusión. Que es la restauración de arte ? Es la preservación de los bienes culturales a fin de hacer comprender la integridad, estética, física, histórica, funcional, etc de los mismos. Examinar y dar diagnóstico sirve para aplicar medidas de conservación preventivas, curativas o restaurar propiamente
Que debe Ud hacer antes de adquirir una pieza ?
Primero: contemplela y no busque el defecto, dejese llevar por lo que transmite el objeto a sus sentidos.
Segundo: pregunte al vendedor la procedencia o si conoce algo referente al origen de la misma, preste atención al relato. Su actitud distendida le permitirá saber frente a quien está y frente a que está. Muchas piezas son «retocadas» o cambiadas de aspecto con el fin de evitar otros problemas como ocurre en piezas robadas.
Tercero: Ya es tiempo de ver en detalles y allí puede preguntar si la pieza tuvo algún tipo de intervención o restauración. Hay piezas que han sido restauradas y otras totalmente modificadas, por ejemplo: una taza de factura «Sevres» posee el pié roto, se modifica con una montura de bronce y otros «toques» y pasa a ser un florero «raro» de «Sevres». Existen otros artículos que pretenden ser lo que no son. Por ejemplo en nuestro país Argentina hubo bazares importantes a comienzos del siglo pasado que vendían piezas de Sevres por originales y tapaban con algún escudito dorado sin inscripción alguna la procedencia real de la pieza, por ejemplo factura de «limoges» o similares. El punto es que no faltó el que dijo: «esta es una pieza de Sevres realizada en talleres de limoges…
Cuarto: en el caso de una figura de porcelana, si el vendedor le dice: » en este dedito esta la restauración» lo más probable es que sea toda la mano, observe la calidad del trabajo. Los diminutivos son vicios ocultos superlativos. Los comerciantes tienden a minimizar detalles para asegurar la venta. Otro punto a tener en cuenta es que los objetos pueden ser sacados de su contexto original y cambiar su función totalmente y ser vendido como lo que no es. Ejemplo: un máquina pulverizadora de insecticida antigua se ofrece como «aspersor antiguo para rosales en jardines de inverno». Crealo, existen estos ilusionistas y este caso fué real.
Quinto: examine, diferencias de color, olor, textura, brillo, sellos raros o dudosos, relieves, marcas de dedos y demás, amarillentamientos de la pieza en uno o varios sectores, estos son signos característicos de restauración en porcelanas. En esta etapa es donde Ud podrá ver sellos «truchos» falsos en porcelanas, firmas apócrifas en cuadros o en muebles o hasta reproducciones de objetos de buena calidad, pero que si se venden como originales lo están estafando. La palabra reproducción no es «mala-palabra», pero si le venden una obra que es reproducción de otra como original, ahí está lo malo.
Sexto: la restauración no debe «EMBELLECER» jamás al objeto, sino volverlo al estado semejante al que se encontraba. En el caso de un cuadro se suelen encontrar retoques para «levantar» la obra, es decir que luzca más bella y que el cuadro sea comercial. No compre nunca esto, ya que la obra está adulterada. Ocurre también que hay láminas enmarcadas que fueron retocadas y son vendidas como obras originales al óleo, preste mucha atención.
Séptimo: Su equipo básico para examinar una pieza será una lupa de joyería de 10 x y si puede un pequeño artefacto equipado con luz U.V. El U.V hace evidente las firmas apócrifas, los retoques, repintes, agregados, suciedad y demás por diferencia de contraste. Las buenas reproducciones en offset de carbonillas o lápices, las verá con la lupa de 10 x al ver el tramado diminuto de puntos. Hay miles de estas. Cuidado.
Octavo: Si el trabajo de restauración es bueno y la pieza realmente le gusta, comprela, pero el precio es lo que debe negociar muy bien. Si la pieza sin intervenciones vale X pesos, una restaurada no vale lo mismo, sino entre un 25 a un 50 por ciento menos, dependiendo de la pieza y su valor cultural.
Noveno: Hay piezas en extremo bellas, que son verdaderos señuelos para compradores potenciales. Es decir el vendedor dice que tuvo una pequeña restauración, el trabajo se ve profesional, pero la pieza no es antigua, sino actual. Esto es fraude y Ud perderá dinero.
Décimo: En caso de cuadros, siempre han pasado por alguna restauración, asegúrese examinando la superficie que no se trate de una simple «lavada de cara» ó embellecimiento». En el momento que algunos comerciantes encargan «trabajos de restauración» a veces dan con una obra anónima y no tardan en «otorgarles» un padrinazgo con algún autor que haya pintado algo similar. El discurso de venta suele ser: obra tardía del autor tal, obra temprana del autor cual, u obra «rara». Habra los ojos. Hay gente seria, pero los estafadores están a la orden del día. Y otro caso frecuente es el de «restauradores» que no tardan en duplicar una obra original y entregar al cliente la obra «restaurada» que no es más que una copia, apropiandose del original. Existen maneras sencillas de evitar esto. Produzca una marca sutil para reconocer la obra después sin que se entere el restaurador.
Autor: RADIO EDISSON