USO DE COLLARES Y CORREAS EN LOS PERROS

Uso del collar y la correa

El uso de la correa es muy importante tanto para dueños como para perros. Al dueño le ofrece la tranquilidad de tener a su perro bajo mayor control, y evitar que se meta en problemas. Al perro lo mantiene alejado de peligros, tales como atravesar la calle en un mal momento, o ir a saludarse con otro perro potencialmente peligroso. Muchas personas sienten que lo mejor es permitir que el perro esté suelto, y simplemente permiten que su perro ande como le parezca sin mayor supervisión. Yo opino que lo más aconsejable es enseñar al perro, desde cachorro, a habituarse a su collar y correa, y utilizarla siempre que salgamos con nuestro perro a un lugar público.

Collares y pecheras

Hay muchas opciones a la hora de elegir un collar. Algunas son simplemente estéticas, mientras que otras cumplen una función determinada. Los collares se colocan alrededor del cuello del perro, mientras que las pecheras (también conocidas como arneses, o pretales) forman dos aros alrededor del perro, uno por delante de sus patas delanteras y pecho, y otro por detrás de las mismas, en diferentes lugares según el modelo de pechera. Un tercer tipo de collares son los conocidos como «Bozales Correctores». Entre los collares, también están los conocidos como collares de castigo, o collares de ahorque. Estos collares son utilizados, como su nombre lo indica, para que mediante un tirón seco, éste oprima rápìdamente el cuello del perro, causandole dolor. Si bien son ampliamente utilizados, mi opinión es contraria al uso de estos collares, pues un perro no necesita ser castigado para aprender.

Los «Bozales Correctores» son utilizados para corregir problemas relacionados con perros que tiran demasiado al caminar, y que son muy difíciles de controlar. Su uso debe ser complementario a un adiestramiento, ya que por sí solos ofrecen una solución 100 % efectiva. Un collar debe colocarse de manera que no esté demasiado apretado. Su medida debe ser tal que lo puedas colocar por su cabeza estando el collar cerrado, pero que a la vez no sea demasiado fácil quitárselo de esa manera. Debe quedar flojo al cuello, de forma de no dificultar su respiración ni causar molestia alguna.

Mucha gente prefiere pretales, ya que estos no efectúan tanta presión sobre el cuello como un collar. Las pecheras no son recomendables para su uso con perros grandes que tengan mucha tendencia a jalar, pues éstas les permitirán jalar con más fuerza, haciéndose más difícil el poder controlarlos. Si acabo de describir a tu perro, te recomiendo consideres un buen adiestramiento positivo (sin castigos) y tal vez un collar head halter.

Habituando a tu cachorro

En mi opinión, el mejor collar para un cachorro debe ser confeccionado en nylon. El nylon es un material muy liviano y también resistente, además de económico. Estos collares pueden ser ajustados a diferentes tamaños. Por ser tan livianos, el cachorro no lo siente tan molesto.

Cuando colocas el collar por primera vez, tu cachorro intentará quitárselo casi con seguridad. Lo más probable es que se rasque alrededor del collar, o que intente llegar a él mordiéndoselo (por esto las pecheras no son aconsejables al comienzo, pues es fácil para el cachorro alcanzarlas y romperlas).

Durante los primeros días, colócaselo durante unos minutos, a la hora de comer, y a la hora de jugar, pero no le coloques la correa aún. Una vez que se termina esta actividad placentera para él, elógialo y quítaselo. Ve dejándoselo colocado más en forma gradual, es decir, colocándoselo algunos minutos antes de estas actividades, y quitándoselo unos minutos más tarde de finalizar. No le llames la atención si se rasca. Puedes distraerlo, jugando con él, aventándole algún juguete para que vaya por él, etc.

Luego de unos días, introduce la correa. La regla número uno es: jamás debes jalar de la correa. Si tu jalas, él jalará para el lado contrario. Idealmente, consigue una correa que sea liviana, al igual que el collar, puede estar confeccionada en nylon. Colócale el collar y la correa, y suéltalo dentro de la casa, bajo tu completa supervisión. No permitas que la muerda (puedes distraerlo jugando a algún juego, o dándole su comida), y ten cuidado que la correa no se atore, pues podría ser peligroso (y hasta fatal) para tu cachorro. Retírale la correa en pocos minutos.

Luego de uno o dos días, ya no sueltes la correa. Dentro de la casa, sostén la correa, pero no lo obligues a caminar contigo. En lugar de que tú pasees a tu cachorro, camina donde él vaya, siempre sosteniendo la correa. Si él camina, tú caminas. Si él se detiene, tú te detienes. Recuerda, tú nunca lo obligarás a ir hacia ningún lado.

Practica ese mismo ejercicio en otros lugares, fuera de la casa, en un parque, etc. Recuerda elogiar y premiar (mis favoritos son las salchichas) a tu cachorro por ir caminando contigo sin jalarse.

Ten en cuenta que un cachorro crece rápidamente. Revisa siempre el ajuste de la correa. Lo que hoy es una correa floja, en quince días pudiera estar causándole gran incomodidad, debido a su mayor tamaño.

Sobre todo, ten paciencia. Los perros no nacieron para ir con correa, y esto les resultará extraño por algún tiempo, pero con un poco de dedicación de tu parte, tu perro aprenderá que su collar y correa sólo significan una cosa: ¡un buen paseo!

Autor: PEQUEÑOS GIGANTES